
El viernes pasado fuimos a recoger a correos el último libro de Jose publicado en español: Cuentos populares de África, editado por Siruela.
Hay algo de divertido en el hecho de recibir estos cuentos africanos al pie del Monte Mesa. Son cuentos que nos hacían pensar en África y añorar el corazón del continente negro, allá cuando los leíamos en la vieja Europa, en nuestra casa de Barcelona. Ahora, vienen a nosotros de nuevo, después de meses de trabajo y edición, a nuestra casa, en Sudáfrica.
En las primeras páginas del libro encontramos una foto de nuestro amigo Kapilolo. La tomamos mientras contaba en una fiesta el año pasado.
Y allí está también el viejo Mantis, el dios incompetente de los bosquimanos, al que se le olvidan continuamente las cosas. Y la araña, ya sea llamada Ananse o Yogbo, tejiendo siempre sus trampas. La mujer Elefante asesinada y devorada sin piedad, pero devuelta a la vida por la sabiduría del amor. Magia, viajes, dolor y deseos.
Esto no es una reseña sobre el libro, es un reencuentro con la letra escrita de los cuentos que están vivos para nosotros. Historias que oímos...kulungu, kulungu... que leímos en voz baja o que inventaron el fuego de las hogueras para nosotros.
Hay muchas lecturas previas, horas de recopilación y de selección. Charlas con amigos. Revisiones. Imágenes que vuelven una y otra vez en las horas previas al sueño.
Este es el resultado de muchos meses de trabajo y de muchas personas. Los lectores, afortunadamente, nos ahorramos todo eso y podemos sumergirnos directamente en las oscuras, atractivas y pasionales historias que nos hablan de lugares donde la tierra quema y los animales son personas.
Gracias a todos los que lo habéis hecho posible.