El sábado celebramos el cumple de Jose con 16 amigos alrededor de la mesa.
Gracias a Tanya y Heinz incluso organizar la movida fue divertido. Heinz me llevó en coche a recoger el pastel de queso que hicieron especial para la ocasión y que pesaba lo suyo.
Y Tanya podría abrir un restaurante porque con su saber hacer alimentamos muy bien a nuestros invitados. El menú consistió en gazpacho, dos tortillas de patata, berenjenas al horno y pollo al horno con patatas fritas (de las de bolsa, sí). Los postres rozaban lo espectacular: mango con granada y yogurt griego, esta impresionante tarta de queso que veis aquí y el pastel de chocolate que trajo nuestra amiga Wendy.
Uno de los regalos que le hicieron a Jose me pareció la mar de original: una bolsa con un lote de productos típicamente sudáfricanos. La mayoria ya los conocemos y los consumimos asiduamente, aunque hay sorpresas...
Veamos:
1 paquete de rusks. Son unos bizcochos duros que se mojan en el té y que dan la impresión de ser un invento de las sufridas mujeres de los bóers para que hubiera algo dulce que llevarse a la boca durante sus épicos desplazamientos en carromatos tirados por bueyes por el interior de Suráfrica. Por alguna extraña razón a mí no me gusta mojar los bizcochos en el té o en el café, así que me los comía a mordiscos y poniendo cara de tía dura, hasta que un día me dejé media muela postiza en el intento y desde entonces dejamos de comprar rusks.
1 paquete de dröewors de avestruz. Son como unas salchicas secas. Es una forma de biltong, un tipo de "carne de tasajo" inventada por los bosquimanos que recuerda a la cecina y que alguna vez hemos llevado a España porque resulta adictivo.
Atchar y chutney. Son salsas picantes para acompañar carnes o pescados. Igual que el curry vienen de la India, pero se han introducido aquí de tal manera que forman parte de la cocina diaria.
1 bote de peppardews. Son unos pimientos pequeñitos que se venden en distintos grados de picante y que están como en salmuera. Muy ricos con las ensaladas.
1 caja de rooibos con "honeybush". El rooibos una infusión sin teína. Creo que es muy muy sana, pero tampoco me gusta demasiado. Tiene un sabor tan particular que solo lo puedo describir como "rooibos". El color es rojo y el olor intenso (de hecho, "rooibos" significa, en afrikaans, "arbusto rojo"). Se puede tomar con o sin leche, frío o caliente.
1 bote de Marmite. Eso es más bien inglés, pero también muy instalado en esta tierra. El sabor es tan agrio que me hace pensar en Zipi y Zape cuando les daban aceite de ricino. Buaj. Jose dice que ahora en Dinamarca lo han prohibido porque contiene demasiadas vitaminas. Los lugareños dicen que es la típica cosa a la que si no le has cogido el gusto de pequeño es dudoso que ahora te vaya a entusiasmar. En efecto, a nosotros siempre nos ha parecido, eso,¡buaj!
1 bolsa de dainties. Frutas secas deliciosas que se zampan como si fueran gominolas.
1 bolsa de tiras de mango seco. Sencillamente hmmmm. El envase especifica que los mangos son de los valles del Limpopo.
2 barritas de chocolate que no puedo describir todavía porque aún no las he abierto.
Podría añadir más productos sudáfricanos que me encantan y que no están en el lote: paté de snoek, cerveza de gengibre, Savanna Dry o Milo (es el colacao surafricano).
Creo que voy a comprar un lote variado de bebidas para hacer una descripción detallada de ellas en el blog. Será para dentro de unos días.
Mientras espero que el deseo de Jose cuando soplaba las velas, se cumpla.
Y por supuesto que se cuuuuumplan muuuuchos más....
Historias, sorpresas y experiencias durante nuestra estancia en Ciudad del Cabo.
lunes, 26 de marzo de 2012
miércoles, 21 de marzo de 2012
/UNA KATRIENA KASSIE ROOI
/Una Katriena Kassie Rooi nació en 1931 al Sur del Kalahari y murió el 3 de marzo de 2012, o sea hace tan solo unos días.
"/Una", explica la necrológica del Cape Times del pasado 16 de marzo, "es una palabra n/uu que se refiere a la bolsita hecha con la oreja del zorro que las mujeres bosquimanas llevaban en su morral, y que utilizaban para esparcir polvo de buchu [una planta aromática] sobre los recién nacidos."
La tierra de sus antepasados no tenía fronteras, pero eso cambió, y muy rapidamente.
El ahora Kgalagadi Transfrontier Park, que une las fronteras de tres países: Botswana, Namibia y Sudáfrica, engulló sin más la zona en la que se movía la comunidad de bosquimanos =khomani a la que pertenecía /Una.
Cuando en 1936-1937 el filántropo Donald Bain se llevó a 70 bosquimanos, entre los que estaba la pequeña /Una, a la British Exhibition Empire de Johanesburgo, poco podía imaginar lo que esas personas se iban a encontrar a su vuelta. Cuando regresaron, todas sus casas y posesiones habían sido quemadas. Algunas personas protestaron, el padre de Una entre ellas, pero cuando fue a exigir la devolución de sus tierras, la policía lo mató a golpes.
Lo que siguió después fue un periodo de miseria, desposesión y desplazamiento forzoso.
Pero la vida, aunque maltrata a menudo, también tiene cosas buenas. /Una se casó dos veces y tuvo varios hijos. Tenía el don de contar historias. Hablaba, y siguió hablando toda su vidan n/uu, una de las lenguas más antiguas de la tierra.
Durante el gobierno del apartheid, ella y los suyos se vieron obligados a aprender afrikaans. La lengua del trabajo. Los jovenes dejaron de hablar n/uu porque es una lengua muy dificil y en ese momento poco práctica.
Cuando los =khomani iniciaron en 1999 un proceso de reclamación de tierras, pensaban que ya no quedaban "mayores" que hablaran la vieja lengua. ¡Pero ella la hablaba! "¿No era un milagro?", casi se preguntaban. Resultó que otras cinco ancianas más también la hablaban. Los investigadores Hugh Brody, Anthony Traill y Nigel Crawhall las entrevistaron y grabaron. Como la mayor parte de aquellos ancianos habían vivido muy alejados entre sí, Una llegó a pensar que ella era la última persona en el mundo que hablaba n/uu.
A pesar de la oposición de las autoridades del parque nacional y de una comunidad mestiza vecina, los =khomani consiguieron un dictamen favorable en el que se decía con meridiana claridad que ellos no eran "índigenas ocupantes en el momento de la proclamación del parque" sino los primeros habitantes de esas tierras. Después de 62 años, /Una y los suyos consiguieron volver sus territorios ancestrales. El papel desempeñado por Una en todo este proceso fue fundamental.
Durante los últimos años de su vida esta mujer puso en marcha un proyecto para enseñar a hablar n/uu a los niños pequeños del asentamiento bosquimano de Brodoring, cerca de Askhan. También enseñó a jovenes mujeres los rituales del "hokmeisie", que celebra la llegada a la pubertad femenina.
La lengua de los =khomani se documentó por primera vez en 1937. Los investigadores de la Universidad de Witwatersrand encontraron entonces a 43 hablantes. Cuando en 1973 el linguista Anthony Traill visitó el Kalahari Gemsbok National Park los pocos hablantes que entonces hablaban se habían dispersado, y las generaciones más jóvenes hablaban afrikaans, nama, o ambas lenguas. "El destino del =khomani -escribe Traill- sigue un rumbo clásico: bilinguismo, merma de la lengua, cambio." De hecho, hasta que Una y las otras ancianas fueron localizadas en los años de 1990, la lengua se daba por extinguida.
Es más fácil matar una lengua, que revivirla. Y con la lengua no mueren solo los fonemas, mueren muchas de las historias, los rituales, la música de las palabras.
Una de las grandes decepciones del congreso "El valor de //kabbo" celebrado en la Universidad de Ciudad del Cabo el año pasado fue que /Una Katriena Rooi y otras "oumas" (abuelas) n/uu que en principio tenían previsto venir para contar historias no pudieron hacerlo en el último momento por problemas de salud de algunas de ellas. Las ancianas hubieran sido uno de los platos fuertes de las sesiones de narración que Marlene Winberg, Jose y yo organizamos.
Nos hubiera encantado escucharla contar historias en una lengua que es la última lengua viva (si es que todavía puede decirse esto del n/uu) que está directamente emparentada con el /xam.
Cuando miro el rostro de esta mujer, desearía haberla conocido personalmente, pero ahora, para poder al menos escuchar su voz, sólo nos quedan documentos como "The last call", el film que le dedicó Clifford Bestall, y las grabaciones y vídeos realizados por Brody, Crawhall y otros investigadores.
miércoles, 14 de marzo de 2012
Arte en la calle
El otro día Jose bajaba del archivo colonial y vio este grafiti.
Me encanta porque está muy bien resuelto y también porque es una suerte de "metagrafiti".
¿Quién pinta? ¿Qué pinta? ¿Para quién? ¿Por qué?
El hecho de que la artista representada en el grafiti sea una mujer de la calle con su niño a la espalda y la bolsa de la compra en la mano me fascina.
Las caras pintadas son también geniales. Cada una es diferente y manteniendo un mismo esquema de base, muy simple además, consigue lograr una gran expresividad en cada una de ellas.
Well done!!
Me encanta porque está muy bien resuelto y también porque es una suerte de "metagrafiti".
¿Quién pinta? ¿Qué pinta? ¿Para quién? ¿Por qué?
El hecho de que la artista representada en el grafiti sea una mujer de la calle con su niño a la espalda y la bolsa de la compra en la mano me fascina.
Las caras pintadas son también geniales. Cada una es diferente y manteniendo un mismo esquema de base, muy simple además, consigue lograr una gran expresividad en cada una de ellas.
Well done!!
sábado, 10 de marzo de 2012
Luna roja desde la cima del León
Ayer por la tarde subimos con nuestros amigos Lara y Enrique a la cima de la Cabeza del León.
No es la primera vez que lo intentamos, pero esta vez lo conseguimos.
Iniciamos el ascenso desde la grupa.
La tarde es perfecta, ni una gota de viento y absoluta visibilidad.
A medida que subimos, la cuesta es más y más empinada.
La sombra de la Cabeza del León, se proyecta sobre la ciudad y las nubes coronan la cima del Pico del Diablo, la montaña que tenemos justo enfrente.
Seguimos ascendiendo. El camino se hace cada vez más estrecho. Han colocado escaleras metálicas, cadenas y agarraderos en algunos tramos de las rocas.
Eso sí, cuando levantamos la cabeza, vemos que las nubes también abrazan las cumbres del Monte Mesa y los Doce Apóstoles.
No sé cómo podrían estar más hermosos.
El ocaso nos sorprende en medio del camino.
Los últimos rayos de sol tiñen de rosa las faldas de las montañas, mientras la noche camina ya de puntillas sobre la orilla de la playa.
El sol desaparece en el agua.
Nos queda muy poquito para llegar arriba del todo. Hay bastante gente que ha tenido la misma idea que nosotros, el camino es tan estrecho que hay cola para subir...
Una vez arriba buscamos un hueco para sentarnos, contemplar el paisaje como si fueramos ángeles y descansar.
Lo encontramos. Nos sentamos sobre una roca para ver la salida de la luna.
"Igual no sale hoy", bromeamos. Sin embargo, después de unos diez o quince minutos la vemos aparecer por encima del jirón de una nube. Es roja. Redonda. Casi llena.
Bajamos iluminados con la luz de las linternas. Las piernas temblando porque no estamos tan en forma. Pero cada vez que levantamos la cabeza, allí está ELLA: dominando el cielo nocturno.
Hoy el viento, el Doctor del Cabo, pasa corriendo como un loco detrás de mi ventana. Ruge como un animal.
Hoy toca cerrar los ojos para oír mejor.
No es la primera vez que lo intentamos, pero esta vez lo conseguimos.
Iniciamos el ascenso desde la grupa.
La tarde es perfecta, ni una gota de viento y absoluta visibilidad.
A medida que subimos, la cuesta es más y más empinada.
La sombra de la Cabeza del León, se proyecta sobre la ciudad y las nubes coronan la cima del Pico del Diablo, la montaña que tenemos justo enfrente.
Seguimos ascendiendo. El camino se hace cada vez más estrecho. Han colocado escaleras metálicas, cadenas y agarraderos en algunos tramos de las rocas.
Eso sí, cuando levantamos la cabeza, vemos que las nubes también abrazan las cumbres del Monte Mesa y los Doce Apóstoles.
No sé cómo podrían estar más hermosos.
El ocaso nos sorprende en medio del camino.
Los últimos rayos de sol tiñen de rosa las faldas de las montañas, mientras la noche camina ya de puntillas sobre la orilla de la playa.
El sol desaparece en el agua.
Nos queda muy poquito para llegar arriba del todo. Hay bastante gente que ha tenido la misma idea que nosotros, el camino es tan estrecho que hay cola para subir...
Una vez arriba buscamos un hueco para sentarnos, contemplar el paisaje como si fueramos ángeles y descansar.
Lo encontramos. Nos sentamos sobre una roca para ver la salida de la luna.
"Igual no sale hoy", bromeamos. Sin embargo, después de unos diez o quince minutos la vemos aparecer por encima del jirón de una nube. Es roja. Redonda. Casi llena.
Bajamos iluminados con la luz de las linternas. Las piernas temblando porque no estamos tan en forma. Pero cada vez que levantamos la cabeza, allí está ELLA: dominando el cielo nocturno.
Hoy el viento, el Doctor del Cabo, pasa corriendo como un loco detrás de mi ventana. Ruge como un animal.
Hoy toca cerrar los ojos para oír mejor.
lunes, 5 de marzo de 2012
FRANGIPANI
Casi en cada calle de nuestro barrio hay una o dos casas con un árbol frangipani.
Los frangipani dan en abundancia unas flores preciosas, que poseen además un olor delicado y duradero.
Las flores caen al suelo exuberantes y hermosas. Da pena pisarlas.
Por el nombre pensé que venían de Asia. Sin embargo, parece más bien que proceden de la América tropical. Y lo de "frangipani" es por un noble italiano que en el s.XVI creo un perfume usando como base la fragancia de esta planta.
Cuando volvemos a casa nos gusta recoger las flores más hermosas del suelo. Tenemos nuestros árboles preferidos y los días que hay suerte no damos abasto para seleccionar entre tantas. Literalmente volvemos con las manos llenas. Luego las ponemos en boles con agua y nos sentimos ricos: inundados de esa belleza delicada que se entrega tan generosamente.
Los frangipani dan en abundancia unas flores preciosas, que poseen además un olor delicado y duradero.
Las flores caen al suelo exuberantes y hermosas. Da pena pisarlas.
Por el nombre pensé que venían de Asia. Sin embargo, parece más bien que proceden de la América tropical. Y lo de "frangipani" es por un noble italiano que en el s.XVI creo un perfume usando como base la fragancia de esta planta.
Cuando volvemos a casa nos gusta recoger las flores más hermosas del suelo. Tenemos nuestros árboles preferidos y los días que hay suerte no damos abasto para seleccionar entre tantas. Literalmente volvemos con las manos llenas. Luego las ponemos en boles con agua y nos sentimos ricos: inundados de esa belleza delicada que se entrega tan generosamente.
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