¡Ay, cómo pasa el tiempo! Ya hace un poco más de dos meses que estamos en Barcelona.
Hemos estado regresando todo este tiempo, por eso no hemos escrito ninguna entrada en el blog.
Cuesta mirar atrás y pensar en nuestra vida en Ciudad del Cabo: una cotidianidad ha suplantado a otra.
También es verdad que, desde la distancia y echando de menos todo aquello, me doy cuenta de que en el fondo no hemos dejado nada, siguen con nosotros los amigos, las experiencias y las ganas de seguir recorriendo un camino que nos llevará de aquí allá, pasando por muchos muchos lugares (al menos eso espero).
A Sudáfrica volveremos. ¿Cómo puede ser de otra manera? Jose, de hecho, ya está preparando un viaje de seis semanas para hacer trabajo de campo y asistir a un congreso en Pitermaritzburg entre los meses de abril y mayo.
Pero antes de volver, hicimos una fiesta de despedida. Compramos un mantel de algodón y pinturas de colores para pedirle a los amigos, perros y gato que, entre bocado y bocado, nos dejaran sus huellas.
Y aquí están, bien visibles, las manos de aquellos que siempre sentimos cerca:
No vamos a cerrar este blog, aunque ya no lo actualizaremos tan a menudo, ahora nos centraremos en otro blog que teníamos un poco dormido y al que, por supuesto, os invitamos a participar: ESCUCHANDO CON LOS OJOS
En cualquier caso GRACIAS por acompañarmos en nuestra experiencia de dos años, y un poquito más, en la preciosa tierra del Cabo.
Un abrazo,
Jose y Helena
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