Se acerca el invierno. No he podido resistirme a la frasecita emblema de los Stark; va por mis amigos frikis seguidores de Canción de hielo y fuego. Por cierto, aún no he visto las pelis, aunque que se las hay y que me están esperando.
De todas formas, es verdad, se acerca el invierno en este lado del mundo.
Y la frase me gusta porque sugiere la inminencia de algo que viene, sin saber con certeza cuando llegará, ni lo que es. Pero viene envuelto en frío y teñido de azul.
Cada día nos levantamos con una luz especial, llueve a menudo, a veces las nubes no dejan ver el sol, otras el sol se cuela igualmente a través de las nubes y cubre de destellos dorados todo lo que toca.
Hace dos días estábamos sentados Jose y yo tomando un café en la mesa de un restaurante griego. Conocemos a la camarera, es de ascendencia portuguesa y le gusta usar su preciosa lengua mezclada con el inglés para hablar con nosotros. En la pizarra se anunciaban baklavas, moussaka, dolmadens, vino de retsina. Lucía un sol espléndido y las casas de enfrente estucadas en blanco hacían pensar en el Mediterraneo. De pronto, empezó a llover. Una lluvia suave. Perezosa. Con el sol que no calienta mirándolo todo.
Al salir brillaba un perfecto arco iris.
A veces pienso que en África la luz es tan intensa que al invierno le cuesta apagarla. Incluso en los días más grises, se cuela el color...
Eso sí, los días se acortan a pasos agigantados. Ahora anochece en torno a las seis de la tarde. Ya me han dicho que para julio y agosto igual a las cuatro y media ya es de noche.
Solo el fuego puede remediar el frío y la falta de luz. Y también aquí lo tenemos. El lunes pasado Tanya y Heinz inauguraron en su casa la primera temporada de Soup & Soul & Fire. Una combinación de sopas, vino tinto y blanco alrededor de la chimenea y contando cuentos.
Ayer estuvimos calentándonos junto al fuego de Don y Patch, mientras Don ensartaba cuentas de su collar bosquimano (se le había roto mientras se duchaba).
Sin embargo, para nosotros, para Jose y para mí, se acerca también el verano. Durante unos días nos vemos en España. Otros amigos, otros fuegos, otras lenguas.
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