martes, 22 de febrero de 2011

MANTIS Y LA LUNA

El viernes pasado hubo luna llena (y esa es igual en los dos hemisferios). Nos hubiera gustado subir a lo alto de la montaña y ver más de cerca "a la que libera a la gente de la oscuridad profunda", pero hacía viento y pensamos que, con suerte, habrá otras lunas.

De todas formas, salimos al jardín y Jacques hizo fotos muy buenas.



Días antes, Jose había estado trabajando en un relato de /Han≠kass'o sobre la creación de la luna. Pensamos que os gustaría leerlo, así que ahí va. Disfrutad.

Mantis y la Luna

Lucy Lloyd anotó este kum (relato) de labios de /Han≠kass'o, quien lo dictó los días 25 y 26 de octubre de 1879, hacia el final de su estancia en Mowbray. No está claro por qué Lloyd anotó este relato en las páginas finales de uno de los cuadernos de Wilhelm Bleek, concretamente el B.X, páginas 998 a 1002.

Todo parece indicar que Lloyd olvidó el relato, pues no figura entre los relacionados en A short account of further Bushman material collected, el informe sobre sus investigaciones que publicó en Londres en 1889, donde tendría que figurar en la sección dedicada a los relatos sobre Mantis, en las páginas 5-6.

Lo curioso es que el entre el 21 de marzo y el 5 de abril de 1878, es decir, más de un año y medio antes, poco después de iniciar su colaboración con /Han≠kass'o, Lloyd recogió de su dictado el kum de la creación del eland, que incluye, como episodio final, el relato sobre el origen de la Luna.

Es muy probable que en 1879 Lloyd no recordara que ya había recogido el relato, ya que a su muerte la versión de 1878 quedó sin traducir, y sólo en 1914 fue vertida al inglés por la sobrina y heredera intelectual de Lloyd, Dorothea F. Bleek, quien en 1924 publicó una versión un tanto abreviada de su traducción en el libro The Mantis and His Friends (Cape Town, T. Maskew Miller, 1924, págs. 5-9). Ambas variantes del mito de la creación de la Luna son muy similares, pero a quienes estén interesados en saber más sobre las dotes narrativas de /Han≠kass'o comparar las dos versiones puede resultarles provechoso.

He dispuesto el texto en líneas cortas porque recientemente he constatado que esta es la mejor forma de presentar los relatos de los /xam. Los elementos de juicio que respaldan esta decisión están en expuestos en un artículo en el que trabajo desde finales del año pasado y que, en una versión todavía inacabada, presenté el taller de la Iniciativa de Investigación sobre Archivo y Cultura Pública de la Universidad de Ciudad del Cabo, un grupo de trabajo transdisciplinar en el que estoy integrado desde septiembre del año pasado: http://www.apc.uct.ac.za/

Confío en poder ofrecer, en otra entrada, un resumen de ese artículo. Baste decir, de momento, que esta manera de disponer los textos permite apreciar mejor su complejidad formal como su naturaleza poética, y favorece una lectura más detenida.

El manuscrito original del relato puede consultarse aquí:
http://lloydbleekcollection.cs.uct.ac.za/stories/50/index.html

He divulgado una transcripción editada del texto inglés en el Storytelling Project de la web del Centro para la Conservación del Archivo, la institución a la que estoy adscrito:
http://www.cca.uct.ac.za/story_telling/?lid=259




Familia de avestruces. Dibujo de /Han≠kass'o. Iziko-South African Museum, Ciudad del Cabo. Tomado de la web The Digital Bleek & Lloyd:
http://lloydbleekcollection.cs.uct.ac.za/index.html

[Historia narrada] por/han≠kass'o, [quien la escuchó] de su abuela ≠kammi y, tras la muerte de ésta, de su madre, /xábbi-an (la hija de ≠kammi). En esta versión de cómo fue creada, la Luna se hace a partir de una pluma, un pluma alargada del ala del avestruz, explica el narrador.

Mantis, hace mucho tiempo
agujereó y reventó la vejiga de la hiel(1).

La vejiga reventó sobre su cabeza
y sus ojos se cerraron.

Y de esta forma
fue gateando(2).
Palpó con las manos,
palpó con las manos
el lugar por el que gateaba.
Y palpando con las manos
llegó a un //kóö(3),

palpando con las manos
llegó al //kóö de los avestruces.
Palpando con las manos
se encontró una vieja pluma(4).

La cogió.
La cogió.
Se la pasó por los labios (para humedecerla).
Se limpió los ojos (con ella)
y la arrojó a lo alto(5).

Mantis exclamó:
“Te quedarás pegada al cielo,
te transformarás en la Luna.
Tú debes brillar,
el sol tiene que ponerse.
Eres tú, la Luna,
quien debe brillar durante la noche.
Cuando tú brillas,
liberas a la gente de la oscuridad profunda(6).

El Sol se levanta,
y la gente va tras la caza, sí(7).
Tú debes brillar
cuando el sol se ha puesto,
por la noche.”

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1. Hace mucho tiempo, Mantis era un hombre.
Esto se refiere a la vejiga del la hiel
del eland que había creado.

2. Iba sobre las rodillas (y las manos).

3. Al aguazal sobre el que juegan los avestruces,
lo llamamos //kóö.
Cuando ya han dormido,
los avestruces se despiertan.
Los avestruces se congregan en ese lugar,
los avestruces juegan,
y cuando caldea,
los avestruces comen [en el //kóö].

4. Una pluma blanca (alargada),
de sus alas,
pues [al enfermar el avestruz,
se le caen las plumas.]


5. Mientras levantaba la mirada (al habérsele abierto los ojos).

6. La palabra /ho: que /han≠kass'o emplea en este punto se refiere a un concepto metafísico de oscuridad, en este caso la oscuridad primigenia que precedió a la creación del Sol y de la Luna. El término /xam habitual para referirse a la noche, que se emplea al principio del relato, es //ga. –Ed

7. El resplandor del Sol,
gracias al cual
la gente ve todo lo que hay alrededor.

martes, 15 de febrero de 2011

STORY, THE POETRY OF LIVING.

Cerca de donde vivímos, haciendo esquina, había una tienda que se llamaba Story, the poetry of living. Era una tienda muy bonita, toda ella abierta a la calle con enormes cristaleras. Vendía cosas lindas como platos, mugs, cajitas, jabones, cojínes…

Llevaba años allí y desde la primera vez que Jose vino de visita a Ciudad del Cabo se fijo en ella, así que durante años le hizo una foto. Porque la tienda en sí era acogedora, pero sobretodo porque el rótulo era una invitación al ensueño.

En noviembre del año pasado anunciaron liquidación por cierre de negocio. Nos dio mucha pena.

Una tarde, al volver a casa, la tienda estaba ya practicamente vacía, aún quedaba el adhesivo con la frase en el escaparate, los expositores sin mercancía y el cartel, que había estado colgado del techo, reposaba en el suelo pegado a la pared.



Story, the poetry of living estaba habitada por luces y sombras, por recuerdos de objetos, por formas que anunciaban cambios.

Nos quedamos casi sin aliento ante este último regalo de belleza y fugacidad.

Al día siguiente, colgaron un letrero anunciando la apertura de una peluquería.

Durante semanas el trabajo fue intenso, cambiaron focos, instalaron cañerías… y, por fin, pusieron el nombre del local: Simonidas.

Cuando la peluquería abrió, en el cristal del escaparate dejaron “S…, the poetry of living”.

Sonreímos.

Ahora utilizamos la foto de Story descansando en la pared para nuestro blog como storytellers por estos parajes.

Nos van saliendo cosas, así que se imponía una carta de presentación y por eso creamos el blog: Jose and Helena, storytellers.

La historia continua…

lunes, 7 de febrero de 2011

Nubes y otros paisajes estelares.

El martes pasado, cuando volvía de Langa, al subir la calle rumiando mis pensamientos, levanté la cabeza y vi esto:



En la falda de Table Mountain se había formado tal cúmulo de nubes descendiendo a toda velocidad que parecían la espuma de una enorme cascada. La mole de la montaña estaba detrás, pero había perdido su gravidez para convertirse en una textura acuosa que discurría veloz pendiente abajo. Una cascada tan impetuosa como silenciosa.

Y el fin de semana en Vermont, cerca de Hermanus, la Costa de las Ballenas, volvió a ocurrir. Habíamos pasado parte de la tarde nadando en una presa. Para llegar hasta allí, habíamos cogido un suave camino entre dos montañas que ascendía en el último tramo. Mucho antes de que se pusiera el sol, regresamos y cuando miré atrás, la niebla cubría la cima de las montañas y bajaba sigilosamente siguiendo nuestros pies.



Al momento siguiente, el perfil de los árboles estaba trazado con una línea suave de lápiz afilado sobre un gris marengo.

Tú sabes que si te acercas, podrás tocar con nitidez el paisaje, pero en la distancia no se llega a distinguir nada.

Cuando era pequeña y los inviernos en Valladolid nos traían las nieblas densas, me gustaba pasear por la calle y ver cómo los cuerpos de los caminantes surgían de la nada, pasaban a mi lado y volvían a perderse en el vacío lechoso hasta desaparecer.

Me gusta la bruma, las nubes y los paisajes lunares que encuentro por la tierra. ¿Qué que digo ahora?

Pues mirad la imagen aquí abajo. Se llama playa Paraiso. Está en Vermont, pero parece la luna, ¿no?