jueves, 31 de marzo de 2011

LOS HABITANTES DEL PAISAJE

La inmensidad del Alto Karoo, donde el horizonte siempre te rodea y donde siempre se puede ir caminando más allá, admite también una visión más concentrada.

Si uno baja los ojos puede encontrar flores pequeñísimas creciendo entre las piedras.





Y no solo flores, también plantas cometibles como el kambro, el melón llamado en afrikaans bitterbolle, el pepino silvestre, etc.

Estas plantas eran un elemento fundamental de la dieta de los /xam, y con la ayuda de Nak Reichert, propietario de la granja Arbeisvreug, donde estuvimmos una semana, Jose pudo identificar algunas de las que se mencionan en los relatos y testimonios de la Colección Bleek-Lloyd.

No es fácil encontrarlas, tienes que conocer muy bien el entorno, pero la comida esta ahí.

El kambro (que los /xam llamaban !koa) es un tubérculo muy jugoso y de gusto agradable, aunque un poco harinoso. Hoy en día se suele hacer con él una deliciosa confitura.
Sobre la superficie de la tierra aparece una florecilla y escarbando, escarbando encuentras la planta.



El bitterbolle, que los /xam llamaban !kauru, es una especie de melón redondo que, como muy bien describe su nombre afrikaans, tiene gusto amargo.



También me resultó muy interesante la hoodia, que tiene aspecto de dedos de cactus. No conocemos todavía su nombre /xam, pero seguro que los bosquimanos de la zona la conocían.

La hoodia es un supresor del apetito. Hace unos años se intentó sintetizarla y comercializarla en pastillas. ¿Te imaginas? La revolución dietética: no tienes hambre, así que no comes y adelgazas. Pero el experimento resultó fallido porque en su forma sintetizada tiene una toxicidad demasiado alta.

La decepción fue terrible, sobre todo en las comunidades bosquimanas del sur de África, entre las que se habían creado grandes expectativas sobre los ingresos que iban a recibir de la industria farmaceútica por su uso de la planta.



Y también vimos un montón de pequeñas criaturas, entre ellas laboriosas arañas tejiendo sus redes y encerrando a sus víctimas.



En la época de lluvia los aguazales, normalmente secos, tienden a llenarse, y es relativamente fácil encontrar lugares donde se acumula la lluvia. A menudo, en ellos puedes escuchar y ver un sinfín de ranas.

Los bosquimanos /xam contaban que !Khwa, la Lluvia, castigaba a las doncellas que habían desobedecido los tabúes relacionados con la primera menstruación transformándolas a ellas y a sus allegados en ranas.

Confiamos en que estas ranitas, apenas salidas de la fase de renacuajos, no fueran doncellas metamorfoseadas...



Vimos grullas azules, avutardas de cabezas negra, grandes avutardas kori, muchísimas mariposas de diferentes colores y los casi omnipresentes tejedores sociales... Estos últimos son realmente graciosos. Construyen unos nidos espectaculares y se pasan todo el día cotorreando.



Pero sin lugar a dudas el animal más sorprendente y hermoso que vimos fue Mantis. El dios creador e incompetente de los bosquimanos. Se manifestó en forma de una hembra enorme, cargada de huevos.

Mantis creó el primer eland con la sandalia de su yerno, que introdujo en agua mezclada con miel. También hizo la luna, como hemos contado en una entrada anterior, con una pluma de avestruz.

Y dio nombre a muchos lugares, uno de ellos !Xabbu, que en los mapas modernos aparece como Zout Rivier. Fue alli donde, en un promontorio rocoso desde el que se domina el paisaje, lo vimos.

Las dudas que todavía teníamos sobre si Zout Rivier es realmente !Xabbu quedaron inmediatemente despejadas.


sábado, 26 de marzo de 2011

EL ANIMAL DE LA LLUVIA

Si todo verdadero viaje supone un cambio interior, entonces el nuestro lo ha sido.

No es la primera vez que viajamos por el Karoo. Jose ha sido ya seis veces, contando con esta última, y para mí era la segunda. Pero nunca lo habíamos hecho a finales del verano.

El Karoo es una meseta semidesértica, el nombre viene de una palabra khoikhoi que significa seco, desierto. Donde nos movimos corresponde a la zona conocida como la antigua Bushmanland, la tierra de los bosquimanos.

Hemos recorrido muchos kilómetros en quince días y hemos caminado a pleno sol siguiendo las huellas de los que estuvieron allí antes que nosotros, antes que los granjeros y mucho antes que las ovejas que ahora pastan a su antojo: los bosquimanos /xam.

Ellos ya no están. Fueron sistemáticamente exterminados en el s.XIX. Aunque queda gente con sus rasgos y quedan sus cuentos, sus historias y la belleza de los grabados que dejaron en las piedras.

Jose os hablará en otra entrada de las gentes con las que tuvimos la suerte de toparnos, que nos contaron cuentos y con las que compartimos bailes y música.

Esta primera entrada sobre el viaje es para hablaros únicamente de la fascinación por el paisaje que está en continuo cambio.

Puede parecer que en un desierto, o semidesierto, lo que ves es siempre lo mismo. Lo cierto es que plantado en medio de la planicie hay pocos puntos de referencia para saber donde está el norte y el sur. Nosotros necesitábamos la brújula y el GPS.

Pero allí, el cielo parece estar más cerca de la tierra. Lo abarca todo. Puedes dar un giro de 180º y ver el atardecer, la tormenta que cae lejos unos cientos de kilómetros, el arcoiris y la luna... todo al mismo tiempo, el gran espectáculo al completo y cambiando cada minuto que pasa.





Elegimos ir en esta época del año para poder ver las lluvias. Las lluvias de las que hablan los cuentos /xam. Y las vimos.

Hay dos tipos de lluvia: macho y hembra. La lluvia hembra es mansa y cae suave empapando la tierra, la lluvia macho es torrencial.

Nos pillaron dos grandes tormentas. La primera conduciendo en el coche. Un momento antes de caer habíamos parado para hacer fotos y dejarnos sorprender por la hierba alta y verde con destellos dorados.



Luego las nubes de tormenta taparon al sol...



Y el camino se hizo gris. La lluvia golpeaba los cristales con fuerzas y se salió el parabrisas del coche. De vez en cuando los rayos caían como cuchillos que cortan el cielo. Tajadas rápidas y veloces. Resplandecientes. No oíamos más que la música del CD. Ninguno de los tres (Neil, Jose y yo) hablábamos.

La segunda tormenta fue aún más sobrecogedora porque nos sorprendió en plena noche. Acampados en una granja y durmiendo en el coche.

Los relámpagos eran tan cegadores que no podías tener los ojos abiertos.

Se formó un río donde antes no había más que piedras.

"Las acciones de la lluvia nocturna no son agradables" decía /Han=kass'o. Es verdad.

Yo solo pensaba en las patas largas del animal de la lluvia y deseaba que caminara deprisa por la llanura. Parecía que se había quedado a pastar justo encima de nuestras cabezas.

No veía al animal de la lluvia por la noche, pero lo había visto otras veces durante el día...



Nosotros somos hormiguitas para él.

A veces la lluvia es como una bomba atómica.



También asistimos varias veces a la lucha de !Haunu y =Kagara, hacia el Este, lanzándose rayos sin parar a ver quién es más fuerte. Pueden estar mucho tiempo peleando sin cansarse.

Y cuando la tormenta nos alcanzó en el pequeño pueblo de Vanwyskvlei, asi como habíamos visto las casitas de las townships perfectamente recortadas en el horizonte,



también las vimos disolverse en el agua.



El hombre no controla nada.

Cuando la tormenta pasa, solo queda esperar.

jueves, 3 de marzo de 2011

Historias como granos de arroz

En Navidad aprendí a hacer paella, así que hemos pasado la fase de invitar a los amigos a tortilla de patata por la de: "¿Hace una paella?" Y estamos teniendo bastante éxito, hay lista de espera...



El viernes pasado tuvimos paella para nueve personas. Nuestro flat no es muy grande, pero nos sentamos con los platos en las rodillas y la olla de la paella al alcance de la mano.

Ese día soplaba bastante viento, ya sabéis que al Cape Doctor le gusta el verano, así que dejamos la ventana abierta y nos dejamos acariciar por él.

Me gusta pensar que fue el viento quién nos empujó a contarnos historias, algunas oídas a otros, otras leídas, las más experimentadas en carne propia.

Lo mejor es que incluso los que dijeron "yo no sé ninguna historia", se contradijeron así mismos cuando se pusieron a narrar...

Laura nos contó que un día estaba con sus amigos pescando en la zona de Natal, al norte de Suráfrica, y se levantó una tormenta. Ella vio cómo se acercaba y les dijo a sus amigos: "Ejem, igual tendríamos que irnos", pero ellos no le hicieron mucho caso.

Un rayo atravesó una de las cañas de pescar y todos cayeron desvanecidos durante un tiempo. Les llevaron al hospital y milagrosamente todos salieron vivos de aquello.

Y Don estaba viajando por la zona del rio Kei, provincia del Cabo del Este, cogio su kayak y se fue rio arriba. Sus antepasados vienen de ahí, así que en un momento determinado decidió bajarse de la canoa, hizo un picnic y al cabo de un rato intentó invocar a sus ancestros.

Pero ¿hoy en día sabemos hacer eso? Todo lo que se le ocurrió fue decir a grito pelado: ¡¡¡¡Llamó a los espíritus de mis antepasados! ¡Llamo a los espíritus de mis antepasados!!!!!

Y de entre la maleza, apareció, de un saltó, un babuino de pelo negro y de tamaño considerable.

"Bueno, tampoco quería remontarme tan atrás", dijo Don.
Los demás nos reímos bastante.

Luego Gaelen contó una vez que hizo acampada con unos amigos en un barranco. Oyó algo así como "si estuvieran despellejando a un bebé".

El sonido venía claramente de la boca del barranco, la única entrada y la única salida posible desde donde estaban ellos situados.

El sonido era tan espantoso que todos pensaron "vamos a morir".

¿Sabéis lo que era? ¡La llamada de un búho! Y en serio, es bastante terrorífica, he encontrado este video en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=O64rXyVOrYM&feature=related

Hubo muchas más historias, y esperamos que haya aún más en el futuro, porque el placer de contarlas y compartirlas nos hace sentirnos vivos.

Durante las próximas dos semanas estaremos recorriendo el Alto Karoo en un viaje de investigación. Jose quiere entrevistar a los descendientes de bosquimanos que viven en esa región que antaño era el territorio de los /xam.

Esperamos también poder ver las lluvias del final del verano que //Kabbo describió tan gráficamente en uno de sus testimonios.

En una zona montañosa al este del territorio de //Kabbo esperamos poder visitar una montaña en la que, según el viejo narrador, los !gixa o chamanes /xam "cortaban la lluvia". Que sepamos, será la primera vez que se va a hacer un reconocimiento de este lugar teniendo en cuenta este testimonio.

En unos sitios parecidos a estos, nos quedaremos a escuchar el viento, a ver qué nos cuenta...