Historias, sorpresas y experiencias durante nuestra estancia en Ciudad del Cabo.
lunes, 31 de octubre de 2011
L y ELE
Igual algunos de vosotros no sabéis que ELE viene a ser una abreviatura de "Español como Lengua Extranjera". Siempre me hizo mucho gracia porque me recuerda la "L" de conductor en prácticas. Esta asociación me parece acertada por el hecho de que cuando estudias un idioma tienes un periodo largo y constante donde "practicar" es lo esencial.
Uno de mis objetivos durante mi estancia en Ciudad del Cabo ha sido y es practicar inglés y también enseñar español, a menudo las dos cosas van de la mano y ahora veréis por qué.
Los motivos por los que la gente con la que me he topado quiere estudiar español son variados: para viajar; porque les gusta cómo suena; por estudios; para mejorar en el trabajo o por motivos sentimentales (la persona de la que se han enamorado habla español).
Ninguno de estos motivos es más importante que otro, aunque a priori una visión romántica del asunto me hacía pensar que el tema del "amor" pudiera ser el que arrastrara más a la hora de aprender. La experiencia me ha demostrado que para nada. De hecho, lo que más engancha al tema de estudiar un idioma es divertirse con él y sentir el deseo de utilizarlo para comunicarse . Luego depende del tiempo disponible de cada uno y de la constancia.
Como yo también estoy en la fase de aprender un idioma y necesito practicarlo, la opción "intercambio" me ha ido muy bien. Una horita hablas inglés y otra español y nos corregimos mutuamente. De esta manera me he reído mucho con los errores típicos y me he dado cuenta de lo que sufren otros cuando intentan hablar conjugando verbos, usando el subjuntivo y peleándose con las diferencias entre "ser y estar".
Cuando preparo una clase de español intento explicar la gramática de forma práctica, de manera que a través de ejemplos de la vida real puedan aprender a utilizar la expresión adecuada. Eso implica además, dar un contexto y transmitir una forma de vida. Lo cual hace la cosa más interesante, la verdad.
Así si pregunto: "¿A qué hora cenamos?" La respuesta en español no va a ser: "La cena es a las siete y media" (lo que sería gramaticalmente correcto, aunque poco probable en España), sino que será "Cenamos sobre las nueve".
Pero ya sea en intercambios o en clase, siempre llego a la misma conclusión: lo importante es tener un mensaje que dar y hacer que el otro se entere. Eso es lo que da satisfacción y lo que engancha a seguir hablando y aprendiendo. Obviamente, para que haya un diálogo no puedes estar hablando todo el rato, también tienes que escuchar y entender: abrir las orejas es tan importante como abrir la boca.
Al mismo tiempo que aprendes un idioma, aprendes una forma de pensar. Te obligas a dejar atrás tu lógica de pensamiento y moverte a la lógica de pensamiento del otro. Por ejemplo, nosotros no necesitamos poner siempre pronombres en las frases porque la forma conjugada del verbo ya nos da la información necesaria, como en inglés no es así, simplemente tienes que recordar que ellos usan otra fórmula para conseguirlo: poner el pronombre siempre.
Ese es un ejemplo básico, pero hay diferencias más sutiles y elegantes que revelan otras formas de mirar la vida. A veces me encuentro dando vueltas a la forma en la que los ingleses "esperan". Nosotros esperamos tener éxito en los negocios; esperamos el autobus o a que llegue un amigos; esperamos que no llueva si vamos de excursión... , pero ellos "expect, hope and wait". O sea, "esperan" de forma diferente.
Si en lugar de ver esas diferencias como un problema, las vemos como una riqueza nos apetece saber más y más y no sólo eso, sino que además queremos descubrir nuevas formas de "decir" para descubrir nuevas formas de "pensar".
Ser "L" es fantástico, el campo de aprendizaje es inmenso y sorprendente. Cuando llegas a cumbre de la montaña, se acabó el viaje; más vale aprender a disfrutar de la escalada.
Otra cuestión que daría para desarrollar a parte es la parte del idioma que no hablamos con palabras: la entonación, los gestos, las miradas... Eso hace que hay gente a la que "entiendas", aunque hable turco, y otra a la que prefieras "no entender".
Gracias a mis intercambios y a las clases de español me he dado cuenta de lo agradable que es ver a otro esforzarse en comunicarse, avanzar y experimentar con las palabras.
La imperfección tiene un encanto incomparable. ¿Por qué siempre nos exigimos la perfección?
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Helena!
ResponderEliminarque gracia... yo estoy desarrollando una idea de documental sobre eso. Sobre el misterio de porque las lenguas no son traducibles mecánicamente. Porque cada una es de hecho una conceptualización del mundo. Una creación colectiva plastica y en movimiento que corresponde al entorno y las gentes que lo han creado. Así en castellano hay muchas cosas que se dan (sobre todo emociones, como da miedo o da pena) y en una lengua absolutamente hermana, próxima y colindante esas mismas cosas se hacen (fa por o fa pena). Son simbolizaciones distintas de una misma cosa y a la vez el documental quiere preguntarse si es posible que estas conceptualizaciones distintas no solo sean causadas por medios distintos si no si es posible que tambien provoquen efectos distintos sobre el medio.... en eso ando comiéndome el coco!!!!
Helenita,
ResponderEliminarTe has planteado mandarle esa fantástica L a tu antigua profesora de inglés?
Pero sobre todo, quizás deberia leer el magnifico escrito que has hecho, palabras sabias para aprender que la humildad es la mejor de todas las virtudes.
Marga
Harmonia, es una buena manera de comerse el coco y me ha encantado saber que no soy la única que se cuelga literalmente del sentido de las palabras.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo en que ver "cómo se dice" nos desvela pensamientos más profundos y simbólicos sobre "lo que se dice". "Fa pena" y "da pena" es lo mismo y no es lo mismo :-)
Me parece que la próxima vez que nos veamos podemos pasarnos un rato divertido hablando de esto.
La idea de un documental sobre ello me parece fascinante.
Marga, guapa, tú sabes lo que sufrí yo con el inglés en el cole y recordar mi etapa de estudiante me pone los pelos de punta. Pa' qué?
Por suerte no siempre tienes 15 años y es posible superar los baches, a veces basta con desplazarse un poco de sitio para saltar mejor un muro.
Aunque ahora que lo pienso, espero ser mejor profesora de español, de lo que fue mi profe de inglés del colegio. Al menos espero motivar un poco al personal y no hacerles pensar que "definivitamente esto no es lo tuyo".
Uno de los momentos más surrealistas de mi vida consistió en intentar explicarle a un excompañero de piso, inglés, cuál era la diferencia entre 'ser' y 'estar'... todo ello en inglés, claro está.
ResponderEliminarEl especímen en cuestión había venido a Barcelona a estudiar español y, de hecho, consiguió que todos habláramos en inglés en el piso compartido. Hasta media hora después de que se fuera del piso no fuimos capaces de reaccionar y preguntarnos: "Amoavé, somos un madrileño, un catalán, un mexicano y una portuguesa. ¿Qué coño hacemos hablando en inglés?".
Si nos hubiéramos planteado el intercambio desde el principio, nos habría ido mejor. Pero nuestras vidas hubieran sido menos surrealistas. ;-P
Besos.
Jajaja Esa es la razón por la que a los ingleses les cuesta tanto aprender otros idiomas :-))
ResponderEliminarBesos también para ti Juanma!
Helena