sábado, 2 de abril de 2011

LA BELLEZA LABRADA EN PIEDRA

La planicie del Alto Karoo se interrumpe en ocasiones con colinas formadas por doleritas.

Desde la cima de muchas de estas colinas se domina el paisaje. Los/xam podían observar desde allí las manadas de gacelas desplazándose de un lugar a otro, así como leones, avestruces, elefantes, rinocerontes y otros animales. Eso sí: sólo cuando las lluvias habían sido buenas.

De lo contrario, el paisaje podía estar tan seco y vacío como se lo suele ver hoy día, incluso cuando la lluvia ha sido generosa.

Desde lo alto de estas colinas uno siente que navega en un mar de piedras negras y brillantes.



Cuando el sol se pone, las piedras aún conservan el calor del día, que se apaga poco a poco, mientras las formas se funden con las sombras de la noche.



Estamos convencidos de que las doleritas respiran. Hay gente que dice que crecen. En cualquier caso, no nos cabe duda de que están vivas. Y son hermosas. Muy hermosas.

Algunas parecen esculturas de Henry Moore.

Fíjaos en esta foto de una escultura de Moore, pertenece a una exposición que hubo hace unos meses en el Museo Rodin de París.



Y ahora mirad esta formación de doleritas.



La misma intención grupal. Figuras individuales que configuran un todo y que se funden en el paisaje. Se tocan, dialogan, nos obligan a girar alrededor y a mirar a través de ellas.

¿Y estas?





Para mí poseen la misma rotundidad formal, telúrica y suave de Henry Moore. ¡Podrías estar horas mirándolas y tocándolas!

¿El Arte imita a la Vida o la Vida imita al Arte?

No lo sabemos. Igual ni siquiera importa.

En algunas de las doleritas los /xam también labraron, usando distintas técnicas, delicados petroglifos. Es difícil datarlos, no se sabe a ciencia cierta la intención con la que se hicieron, y mucho menos el nombre del artista.

Sin embargo, su belleza formal es incuestionable.











El estudio del arte rupestre está lleno de interrogantes. ¿Por qué pintaban o labraban la roca? ¿Reproducían lo que veían o lo que querían ver? ¿Acaso las figuras alargadas podían ser visiones que un chamán tenía durante el trance? ¿Era en ocasiones -como piensa Jose- una manera de controlar los movimientos de los animales? En algunos casos parece clara la relación de ciertos petroglifos con los rituales para hacer lluvia, como en el caso de las líneas verticales que pueden verse en muchas rocas, a menudo asociadas a representaciones figurativas.

Ni siquiera estamos seguros de por qué elegían un lugar y no otro para marcarlo con sus grabados, aunque en algunos casos los petroglifos están en elevaciones del terreno que, sin duda, eran excelentes atalayas para observar las manadas de antílopes y los movimientos de otros animales.

En ocasiones todos las figuras de una zona miran hacia un punto cardinal concreto, pero no siempre.

En los petroglifos del antiguo territorio /xam hay muchas más representaciones de animales que de personas salvo, quizá, en el lugar llamadado Springbokoog ("El ojo de la gacela") donde la figura humana tiene una presencia notable.

No todo son grabados figurativos, también hay muchos geométricos, incluso composiciones a base de rayas que luego parecen cortarse.

Formas de escalera, redes, bolsas, pero nunca dibujos de árboles o flores.

Está clarísimo que había más de un artista y podemos diferenciar distintos estilos y técnicas. Por ejemplo, en las fotos que hemos colgado en nuestra entrada, el rinoceronte está realizado a base de trazar el contorno punteándolo; otros, sin embargo, trabajan el interior de la figura rasgando la piedra.

Tal vez los cuentos, los mitos y otros relatos podrían alumbrarnos en el estudio de los petroglifos. Jose cree haber encontrado algunas claves en testimonios /xam recogidos en el siglo XIX por Bleek y Lloyd, pero lo más probable que nunca habrá certeza de nada. Sin embargo, el arte rupestre, el arte que vemos en las doleritas, es todo menos silencioso. Nos deja una impronta que no se borra, el deseo de saber más y el placer estético. Un arte que habla sin utilizar palabras.

jueves, 31 de marzo de 2011

LOS HABITANTES DEL PAISAJE

La inmensidad del Alto Karoo, donde el horizonte siempre te rodea y donde siempre se puede ir caminando más allá, admite también una visión más concentrada.

Si uno baja los ojos puede encontrar flores pequeñísimas creciendo entre las piedras.





Y no solo flores, también plantas cometibles como el kambro, el melón llamado en afrikaans bitterbolle, el pepino silvestre, etc.

Estas plantas eran un elemento fundamental de la dieta de los /xam, y con la ayuda de Nak Reichert, propietario de la granja Arbeisvreug, donde estuvimmos una semana, Jose pudo identificar algunas de las que se mencionan en los relatos y testimonios de la Colección Bleek-Lloyd.

No es fácil encontrarlas, tienes que conocer muy bien el entorno, pero la comida esta ahí.

El kambro (que los /xam llamaban !koa) es un tubérculo muy jugoso y de gusto agradable, aunque un poco harinoso. Hoy en día se suele hacer con él una deliciosa confitura.
Sobre la superficie de la tierra aparece una florecilla y escarbando, escarbando encuentras la planta.



El bitterbolle, que los /xam llamaban !kauru, es una especie de melón redondo que, como muy bien describe su nombre afrikaans, tiene gusto amargo.



También me resultó muy interesante la hoodia, que tiene aspecto de dedos de cactus. No conocemos todavía su nombre /xam, pero seguro que los bosquimanos de la zona la conocían.

La hoodia es un supresor del apetito. Hace unos años se intentó sintetizarla y comercializarla en pastillas. ¿Te imaginas? La revolución dietética: no tienes hambre, así que no comes y adelgazas. Pero el experimento resultó fallido porque en su forma sintetizada tiene una toxicidad demasiado alta.

La decepción fue terrible, sobre todo en las comunidades bosquimanas del sur de África, entre las que se habían creado grandes expectativas sobre los ingresos que iban a recibir de la industria farmaceútica por su uso de la planta.



Y también vimos un montón de pequeñas criaturas, entre ellas laboriosas arañas tejiendo sus redes y encerrando a sus víctimas.



En la época de lluvia los aguazales, normalmente secos, tienden a llenarse, y es relativamente fácil encontrar lugares donde se acumula la lluvia. A menudo, en ellos puedes escuchar y ver un sinfín de ranas.

Los bosquimanos /xam contaban que !Khwa, la Lluvia, castigaba a las doncellas que habían desobedecido los tabúes relacionados con la primera menstruación transformándolas a ellas y a sus allegados en ranas.

Confiamos en que estas ranitas, apenas salidas de la fase de renacuajos, no fueran doncellas metamorfoseadas...



Vimos grullas azules, avutardas de cabezas negra, grandes avutardas kori, muchísimas mariposas de diferentes colores y los casi omnipresentes tejedores sociales... Estos últimos son realmente graciosos. Construyen unos nidos espectaculares y se pasan todo el día cotorreando.



Pero sin lugar a dudas el animal más sorprendente y hermoso que vimos fue Mantis. El dios creador e incompetente de los bosquimanos. Se manifestó en forma de una hembra enorme, cargada de huevos.

Mantis creó el primer eland con la sandalia de su yerno, que introdujo en agua mezclada con miel. También hizo la luna, como hemos contado en una entrada anterior, con una pluma de avestruz.

Y dio nombre a muchos lugares, uno de ellos !Xabbu, que en los mapas modernos aparece como Zout Rivier. Fue alli donde, en un promontorio rocoso desde el que se domina el paisaje, lo vimos.

Las dudas que todavía teníamos sobre si Zout Rivier es realmente !Xabbu quedaron inmediatemente despejadas.


sábado, 26 de marzo de 2011

EL ANIMAL DE LA LLUVIA

Si todo verdadero viaje supone un cambio interior, entonces el nuestro lo ha sido.

No es la primera vez que viajamos por el Karoo. Jose ha sido ya seis veces, contando con esta última, y para mí era la segunda. Pero nunca lo habíamos hecho a finales del verano.

El Karoo es una meseta semidesértica, el nombre viene de una palabra khoikhoi que significa seco, desierto. Donde nos movimos corresponde a la zona conocida como la antigua Bushmanland, la tierra de los bosquimanos.

Hemos recorrido muchos kilómetros en quince días y hemos caminado a pleno sol siguiendo las huellas de los que estuvieron allí antes que nosotros, antes que los granjeros y mucho antes que las ovejas que ahora pastan a su antojo: los bosquimanos /xam.

Ellos ya no están. Fueron sistemáticamente exterminados en el s.XIX. Aunque queda gente con sus rasgos y quedan sus cuentos, sus historias y la belleza de los grabados que dejaron en las piedras.

Jose os hablará en otra entrada de las gentes con las que tuvimos la suerte de toparnos, que nos contaron cuentos y con las que compartimos bailes y música.

Esta primera entrada sobre el viaje es para hablaros únicamente de la fascinación por el paisaje que está en continuo cambio.

Puede parecer que en un desierto, o semidesierto, lo que ves es siempre lo mismo. Lo cierto es que plantado en medio de la planicie hay pocos puntos de referencia para saber donde está el norte y el sur. Nosotros necesitábamos la brújula y el GPS.

Pero allí, el cielo parece estar más cerca de la tierra. Lo abarca todo. Puedes dar un giro de 180º y ver el atardecer, la tormenta que cae lejos unos cientos de kilómetros, el arcoiris y la luna... todo al mismo tiempo, el gran espectáculo al completo y cambiando cada minuto que pasa.





Elegimos ir en esta época del año para poder ver las lluvias. Las lluvias de las que hablan los cuentos /xam. Y las vimos.

Hay dos tipos de lluvia: macho y hembra. La lluvia hembra es mansa y cae suave empapando la tierra, la lluvia macho es torrencial.

Nos pillaron dos grandes tormentas. La primera conduciendo en el coche. Un momento antes de caer habíamos parado para hacer fotos y dejarnos sorprender por la hierba alta y verde con destellos dorados.



Luego las nubes de tormenta taparon al sol...



Y el camino se hizo gris. La lluvia golpeaba los cristales con fuerzas y se salió el parabrisas del coche. De vez en cuando los rayos caían como cuchillos que cortan el cielo. Tajadas rápidas y veloces. Resplandecientes. No oíamos más que la música del CD. Ninguno de los tres (Neil, Jose y yo) hablábamos.

La segunda tormenta fue aún más sobrecogedora porque nos sorprendió en plena noche. Acampados en una granja y durmiendo en el coche.

Los relámpagos eran tan cegadores que no podías tener los ojos abiertos.

Se formó un río donde antes no había más que piedras.

"Las acciones de la lluvia nocturna no son agradables" decía /Han=kass'o. Es verdad.

Yo solo pensaba en las patas largas del animal de la lluvia y deseaba que caminara deprisa por la llanura. Parecía que se había quedado a pastar justo encima de nuestras cabezas.

No veía al animal de la lluvia por la noche, pero lo había visto otras veces durante el día...



Nosotros somos hormiguitas para él.

A veces la lluvia es como una bomba atómica.



También asistimos varias veces a la lucha de !Haunu y =Kagara, hacia el Este, lanzándose rayos sin parar a ver quién es más fuerte. Pueden estar mucho tiempo peleando sin cansarse.

Y cuando la tormenta nos alcanzó en el pequeño pueblo de Vanwyskvlei, asi como habíamos visto las casitas de las townships perfectamente recortadas en el horizonte,



también las vimos disolverse en el agua.



El hombre no controla nada.

Cuando la tormenta pasa, solo queda esperar.

jueves, 3 de marzo de 2011

Historias como granos de arroz

En Navidad aprendí a hacer paella, así que hemos pasado la fase de invitar a los amigos a tortilla de patata por la de: "¿Hace una paella?" Y estamos teniendo bastante éxito, hay lista de espera...



El viernes pasado tuvimos paella para nueve personas. Nuestro flat no es muy grande, pero nos sentamos con los platos en las rodillas y la olla de la paella al alcance de la mano.

Ese día soplaba bastante viento, ya sabéis que al Cape Doctor le gusta el verano, así que dejamos la ventana abierta y nos dejamos acariciar por él.

Me gusta pensar que fue el viento quién nos empujó a contarnos historias, algunas oídas a otros, otras leídas, las más experimentadas en carne propia.

Lo mejor es que incluso los que dijeron "yo no sé ninguna historia", se contradijeron así mismos cuando se pusieron a narrar...

Laura nos contó que un día estaba con sus amigos pescando en la zona de Natal, al norte de Suráfrica, y se levantó una tormenta. Ella vio cómo se acercaba y les dijo a sus amigos: "Ejem, igual tendríamos que irnos", pero ellos no le hicieron mucho caso.

Un rayo atravesó una de las cañas de pescar y todos cayeron desvanecidos durante un tiempo. Les llevaron al hospital y milagrosamente todos salieron vivos de aquello.

Y Don estaba viajando por la zona del rio Kei, provincia del Cabo del Este, cogio su kayak y se fue rio arriba. Sus antepasados vienen de ahí, así que en un momento determinado decidió bajarse de la canoa, hizo un picnic y al cabo de un rato intentó invocar a sus ancestros.

Pero ¿hoy en día sabemos hacer eso? Todo lo que se le ocurrió fue decir a grito pelado: ¡¡¡¡Llamó a los espíritus de mis antepasados! ¡Llamo a los espíritus de mis antepasados!!!!!

Y de entre la maleza, apareció, de un saltó, un babuino de pelo negro y de tamaño considerable.

"Bueno, tampoco quería remontarme tan atrás", dijo Don.
Los demás nos reímos bastante.

Luego Gaelen contó una vez que hizo acampada con unos amigos en un barranco. Oyó algo así como "si estuvieran despellejando a un bebé".

El sonido venía claramente de la boca del barranco, la única entrada y la única salida posible desde donde estaban ellos situados.

El sonido era tan espantoso que todos pensaron "vamos a morir".

¿Sabéis lo que era? ¡La llamada de un búho! Y en serio, es bastante terrorífica, he encontrado este video en youtube: http://www.youtube.com/watch?v=O64rXyVOrYM&feature=related

Hubo muchas más historias, y esperamos que haya aún más en el futuro, porque el placer de contarlas y compartirlas nos hace sentirnos vivos.

Durante las próximas dos semanas estaremos recorriendo el Alto Karoo en un viaje de investigación. Jose quiere entrevistar a los descendientes de bosquimanos que viven en esa región que antaño era el territorio de los /xam.

Esperamos también poder ver las lluvias del final del verano que //Kabbo describió tan gráficamente en uno de sus testimonios.

En una zona montañosa al este del territorio de //Kabbo esperamos poder visitar una montaña en la que, según el viejo narrador, los !gixa o chamanes /xam "cortaban la lluvia". Que sepamos, será la primera vez que se va a hacer un reconocimiento de este lugar teniendo en cuenta este testimonio.

En unos sitios parecidos a estos, nos quedaremos a escuchar el viento, a ver qué nos cuenta...



martes, 22 de febrero de 2011

MANTIS Y LA LUNA

El viernes pasado hubo luna llena (y esa es igual en los dos hemisferios). Nos hubiera gustado subir a lo alto de la montaña y ver más de cerca "a la que libera a la gente de la oscuridad profunda", pero hacía viento y pensamos que, con suerte, habrá otras lunas.

De todas formas, salimos al jardín y Jacques hizo fotos muy buenas.



Días antes, Jose había estado trabajando en un relato de /Han≠kass'o sobre la creación de la luna. Pensamos que os gustaría leerlo, así que ahí va. Disfrutad.

Mantis y la Luna

Lucy Lloyd anotó este kum (relato) de labios de /Han≠kass'o, quien lo dictó los días 25 y 26 de octubre de 1879, hacia el final de su estancia en Mowbray. No está claro por qué Lloyd anotó este relato en las páginas finales de uno de los cuadernos de Wilhelm Bleek, concretamente el B.X, páginas 998 a 1002.

Todo parece indicar que Lloyd olvidó el relato, pues no figura entre los relacionados en A short account of further Bushman material collected, el informe sobre sus investigaciones que publicó en Londres en 1889, donde tendría que figurar en la sección dedicada a los relatos sobre Mantis, en las páginas 5-6.

Lo curioso es que el entre el 21 de marzo y el 5 de abril de 1878, es decir, más de un año y medio antes, poco después de iniciar su colaboración con /Han≠kass'o, Lloyd recogió de su dictado el kum de la creación del eland, que incluye, como episodio final, el relato sobre el origen de la Luna.

Es muy probable que en 1879 Lloyd no recordara que ya había recogido el relato, ya que a su muerte la versión de 1878 quedó sin traducir, y sólo en 1914 fue vertida al inglés por la sobrina y heredera intelectual de Lloyd, Dorothea F. Bleek, quien en 1924 publicó una versión un tanto abreviada de su traducción en el libro The Mantis and His Friends (Cape Town, T. Maskew Miller, 1924, págs. 5-9). Ambas variantes del mito de la creación de la Luna son muy similares, pero a quienes estén interesados en saber más sobre las dotes narrativas de /Han≠kass'o comparar las dos versiones puede resultarles provechoso.

He dispuesto el texto en líneas cortas porque recientemente he constatado que esta es la mejor forma de presentar los relatos de los /xam. Los elementos de juicio que respaldan esta decisión están en expuestos en un artículo en el que trabajo desde finales del año pasado y que, en una versión todavía inacabada, presenté el taller de la Iniciativa de Investigación sobre Archivo y Cultura Pública de la Universidad de Ciudad del Cabo, un grupo de trabajo transdisciplinar en el que estoy integrado desde septiembre del año pasado: http://www.apc.uct.ac.za/

Confío en poder ofrecer, en otra entrada, un resumen de ese artículo. Baste decir, de momento, que esta manera de disponer los textos permite apreciar mejor su complejidad formal como su naturaleza poética, y favorece una lectura más detenida.

El manuscrito original del relato puede consultarse aquí:
http://lloydbleekcollection.cs.uct.ac.za/stories/50/index.html

He divulgado una transcripción editada del texto inglés en el Storytelling Project de la web del Centro para la Conservación del Archivo, la institución a la que estoy adscrito:
http://www.cca.uct.ac.za/story_telling/?lid=259




Familia de avestruces. Dibujo de /Han≠kass'o. Iziko-South African Museum, Ciudad del Cabo. Tomado de la web The Digital Bleek & Lloyd:
http://lloydbleekcollection.cs.uct.ac.za/index.html

[Historia narrada] por/han≠kass'o, [quien la escuchó] de su abuela ≠kammi y, tras la muerte de ésta, de su madre, /xábbi-an (la hija de ≠kammi). En esta versión de cómo fue creada, la Luna se hace a partir de una pluma, un pluma alargada del ala del avestruz, explica el narrador.

Mantis, hace mucho tiempo
agujereó y reventó la vejiga de la hiel(1).

La vejiga reventó sobre su cabeza
y sus ojos se cerraron.

Y de esta forma
fue gateando(2).
Palpó con las manos,
palpó con las manos
el lugar por el que gateaba.
Y palpando con las manos
llegó a un //kóö(3),

palpando con las manos
llegó al //kóö de los avestruces.
Palpando con las manos
se encontró una vieja pluma(4).

La cogió.
La cogió.
Se la pasó por los labios (para humedecerla).
Se limpió los ojos (con ella)
y la arrojó a lo alto(5).

Mantis exclamó:
“Te quedarás pegada al cielo,
te transformarás en la Luna.
Tú debes brillar,
el sol tiene que ponerse.
Eres tú, la Luna,
quien debe brillar durante la noche.
Cuando tú brillas,
liberas a la gente de la oscuridad profunda(6).

El Sol se levanta,
y la gente va tras la caza, sí(7).
Tú debes brillar
cuando el sol se ha puesto,
por la noche.”

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1. Hace mucho tiempo, Mantis era un hombre.
Esto se refiere a la vejiga del la hiel
del eland que había creado.

2. Iba sobre las rodillas (y las manos).

3. Al aguazal sobre el que juegan los avestruces,
lo llamamos //kóö.
Cuando ya han dormido,
los avestruces se despiertan.
Los avestruces se congregan en ese lugar,
los avestruces juegan,
y cuando caldea,
los avestruces comen [en el //kóö].

4. Una pluma blanca (alargada),
de sus alas,
pues [al enfermar el avestruz,
se le caen las plumas.]


5. Mientras levantaba la mirada (al habérsele abierto los ojos).

6. La palabra /ho: que /han≠kass'o emplea en este punto se refiere a un concepto metafísico de oscuridad, en este caso la oscuridad primigenia que precedió a la creación del Sol y de la Luna. El término /xam habitual para referirse a la noche, que se emplea al principio del relato, es //ga. –Ed

7. El resplandor del Sol,
gracias al cual
la gente ve todo lo que hay alrededor.

martes, 15 de febrero de 2011

STORY, THE POETRY OF LIVING.

Cerca de donde vivímos, haciendo esquina, había una tienda que se llamaba Story, the poetry of living. Era una tienda muy bonita, toda ella abierta a la calle con enormes cristaleras. Vendía cosas lindas como platos, mugs, cajitas, jabones, cojínes…

Llevaba años allí y desde la primera vez que Jose vino de visita a Ciudad del Cabo se fijo en ella, así que durante años le hizo una foto. Porque la tienda en sí era acogedora, pero sobretodo porque el rótulo era una invitación al ensueño.

En noviembre del año pasado anunciaron liquidación por cierre de negocio. Nos dio mucha pena.

Una tarde, al volver a casa, la tienda estaba ya practicamente vacía, aún quedaba el adhesivo con la frase en el escaparate, los expositores sin mercancía y el cartel, que había estado colgado del techo, reposaba en el suelo pegado a la pared.



Story, the poetry of living estaba habitada por luces y sombras, por recuerdos de objetos, por formas que anunciaban cambios.

Nos quedamos casi sin aliento ante este último regalo de belleza y fugacidad.

Al día siguiente, colgaron un letrero anunciando la apertura de una peluquería.

Durante semanas el trabajo fue intenso, cambiaron focos, instalaron cañerías… y, por fin, pusieron el nombre del local: Simonidas.

Cuando la peluquería abrió, en el cristal del escaparate dejaron “S…, the poetry of living”.

Sonreímos.

Ahora utilizamos la foto de Story descansando en la pared para nuestro blog como storytellers por estos parajes.

Nos van saliendo cosas, así que se imponía una carta de presentación y por eso creamos el blog: Jose and Helena, storytellers.

La historia continua…

lunes, 7 de febrero de 2011

Nubes y otros paisajes estelares.

El martes pasado, cuando volvía de Langa, al subir la calle rumiando mis pensamientos, levanté la cabeza y vi esto:



En la falda de Table Mountain se había formado tal cúmulo de nubes descendiendo a toda velocidad que parecían la espuma de una enorme cascada. La mole de la montaña estaba detrás, pero había perdido su gravidez para convertirse en una textura acuosa que discurría veloz pendiente abajo. Una cascada tan impetuosa como silenciosa.

Y el fin de semana en Vermont, cerca de Hermanus, la Costa de las Ballenas, volvió a ocurrir. Habíamos pasado parte de la tarde nadando en una presa. Para llegar hasta allí, habíamos cogido un suave camino entre dos montañas que ascendía en el último tramo. Mucho antes de que se pusiera el sol, regresamos y cuando miré atrás, la niebla cubría la cima de las montañas y bajaba sigilosamente siguiendo nuestros pies.



Al momento siguiente, el perfil de los árboles estaba trazado con una línea suave de lápiz afilado sobre un gris marengo.

Tú sabes que si te acercas, podrás tocar con nitidez el paisaje, pero en la distancia no se llega a distinguir nada.

Cuando era pequeña y los inviernos en Valladolid nos traían las nieblas densas, me gustaba pasear por la calle y ver cómo los cuerpos de los caminantes surgían de la nada, pasaban a mi lado y volvían a perderse en el vacío lechoso hasta desaparecer.

Me gusta la bruma, las nubes y los paisajes lunares que encuentro por la tierra. ¿Qué que digo ahora?

Pues mirad la imagen aquí abajo. Se llama playa Paraiso. Está en Vermont, pero parece la luna, ¿no?